Estimado inversor:
El optimismo inversor generado por la inminente llegada de las vacunas y la salida de Trump de la Casa Blanca, tras una recuperación del mercado superior al 50% desde los mínimos de marzo, vislumbra las incertidumbres que nos deja 2020 en términos económicos. Además, este optimismo se ve reforzado por el convencimiento existente de un apoyo obligatorio por parte de bancos centrales y gobiernos en forma de estímulos monetarios y fiscales. Por poner cifras, desde el inicio de la CFG del 2008 la Reserva Federal ha creado más del 60% del dinero existente en EEUU. Tan solo este año ha creado más del 25% de los dólares en circulación. Nunca en la historia de EEUU se ha creado dinero a este ritmo.
Esta devaluación monetaria ha tenido una transmisión inmediata a los activos financieros, como hemos visto en numerosas ocasiones en esta última década, los cuales se encuentran cotizando a unas valoraciones exigentes. Además, la llegada de los demócratas a la Casa Blanca ha incrementado aún más las expectativas inflacionistas, disparando cerca de máximos la diferencia entre expectativas y datos de inflación. Esto a su vez ha tenido un efecto negativo sobre el dólar y los bonos a largo plazo, empinando la curva y dando un impulso al sector bancario.
A pesar de esto, el aumento de los contagios a nivel global, con un ritmo de vacunación realmente insuficiente, nos ha llevado de nuevo a confinamientos duros en media Europa donde todo apunta a una nueva recaída en los datos de crecimiento del primer trimestre. Y por si no fuera poco, los últimos datos de inflación conocidos tanto en China como en USA y Europa dejan en entredicho la fortaleza de la recuperación. Es por todo esto, y por un mercado laboral lejos de encontrarse en su mejor momento, por lo que optamos por la prudencia a la espera de nuevas oportunidades.
La relación de los retornos a 10 años del S&P500 tanto con el CAPE invertido, como con el porcentaje de inversión en renta variable del inversor medio publicado por la Reserva Federal, apuntan a una reducción de las rentabilidades en los próximos años. Una vez descontadas las inercias provocadas por los estímulos deberíamos volver a ver una vuelta a la normalidad también en términos de retornos. Esto nos lleva a reducir ligeramente la exposición a renta variable a la espera de volver a encontrar niveles más atractivos en el futuro.
Por último, nuestra foto de rentabilidades reales esperadas (una vez descontada la inflación) de los activos financieros en las principales áreas geográficas. Sin duda alguna China se alza como el mercado en el que estar, no sólo por sus mejores datos económicos, sino por las atractivas oportunidades de inversión que podemos encontrar en el gigante asiático. Un uso más restringido de políticas monetarias no convencionales ha aflorado oportunidades de inversión, lo cual atraerá capital y ayudará a fortalecer el yuan.
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