¿Alguna vez te has arrepentido de una decisión del pasado? Ya sea en nuestra vida personal como en la vida financiera, todos hemos cometido errores y muchas veces, éstos se deben a la falta de conocimientos sobre nuestra cabeza, la que rige todo lo que hacemos, nos referimos a la mente. La tenemos poco en cuenta pero es muy importante conocerla para entender cómo funcionamos y cómo podemos hacerlo mejor tanto en nuestra vida como en nuestros negocios. Aquí te enseñamos más sobre ella y empezamos por los sistemas mentales de Daniel Kahneman.
Sistemas mentales de Daniel Kahneman
Daniel Kahneman es un psicólogo americano – israelí y ganador de un Premio Nobel de Economía en 2002. Desarrolló, junto con Amos Tversky, la Teoría Prospectiva. En ella, plasmaron los distintos sesgos que nos influyen a la hora de tomar decisiones en momentos de incertidumbre como los que vivimos, pero más concretamente en materia de finanzas. Para entender los sesgos, primero hay que conocer los sistemas de pensamiento.
Pensamiento rápido
El pensamiento rápido es aquel en el que la información es procesada de forma rápida y nuestra reacción a ella se basa en la intuición, por lo que nuestras decisiones son tomadas sin detenernos a pensar mucho. El pensamiento rápido es el sistema mental que más usamos en nuestras acciones diarias.
Pensamiento lento
Como su propio nombre indica, se trata de un proceso lento. En él gastamos más energía y tiempo, ya que lo utilizamos en situaciones complejas que exigen por nuestra parte más tiempo de análisis consciente de la situación.
¿Qué son los sesgos cognitivos?
En nuestra vida, combinamos ambos sistemas a la hora de tomar decisiones. Como decíamos, el pensamiento rápido es más protagonista ante las situaciones cotidianas y del día a día. Pero Kahneman y Tversky demostraron en 1972 que éste sistema trae consigo ciertos defectos del razonamiento. Son conocidos como sesgos cognitivos y son definidos como “errores sistemáticos que podemos cometer en ciertas situaciones”. En otras palabras, interpretamos de forma errónea la información y ello da lugar a pensamientos y actitudes irracionales, que derivan en errores la mayoría de las veces.
Tipos de sesgos cognitivos
Existen muchos tipos de sesgos cognitivos pero en este primer post dedicado a ellos vamos a conocer tres y cómo afectan a nuestras decisiones financieras:
Sesgo del efecto halo o cuerno
El sesgo del efecto halo consiste en crear una imagen o juico de una persona o algo en base a una única cualidad o característica positiva. Mientras que el efecto cuerno es lo mismo pero en base a una característica negativa.
De esta manera y ya en materia financiera, generalizamos y nos olvidamos de otros factores a tener en cuenta. Por ejemplo, a la hora de invertir en una compañía si sólo nos fijamos en los resultados de un empresa en un periodo de tiempo muy concreto sin tener en cuenta su histórico o su presente. Igual ocurre si nos centramos sólo en un aspecto negativo de la misma y obviamos otros valores determinantes e importante para la toma de decisiones.
Sesgo de confirmación
Según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el sesgo de confirmación es ” la tendencia de buscar, interpretar y recordar información de manera que confirme nuestras creencias preexistentes, descartando información contraria”. De esta manera, un ejemplo muy claro a la hora de aplicar este sesgo en inversión sería sólo centrarnos por los rumores de una empresa que nunca nos ha gustado. Si imaginamos que se nos presenta la oportunidad de invertir en una empresa X que nunca nos ha gustado pero de la que hay rentabilidades alcistas y sólo nos centramos en las opiniones negativas sobre ella, al leer sólo información negativa que confirma nuestro juicio sobre esa empresa, estamos siendo subjetivos. Es más fácil dejarnos llevar por esa “confirmación” de lo que ya creemos que aceptar una realidad distinta a la que ya nos habíamos acostumbrado.
Sesgo del anclaje
Este tipo de sesgo consiste en quedarnos con la primera información que obtenemos sobre un tema en concreto, usándola como “anclaje” y justificación a la decisión que tomemos. Es una actitud irracional, ya que le estamos dando todo el peso e importancia a la primera información que se nos brinda sin tener en cuenta otras informaciones que pierden importancia por llegar a nosotros simplemente más tarde que la primera. Este sesgo es el origen de decisiones irracionales. Es uno de los sesgos más comunes y se produce casi de forma automática. Uno consejo a tener en cuenta para evitar dejarnos llevar por él es, simplemente, saber que existe y abrir más la mente para valorar todas las informaciones de un tema por igual.