ETFs vs. Fondos Indexados: ¿Cuál es la mejor opción para ti?
Si te has topado con los términos ETFs y fondos indexados mientras explorabas el mundo de las inversiones, es normal que te preguntes qué los hace diferentes. Ambos son opciones dentro de la gestión pasiva, diseñados para imitar el comportamiento de un índice bursátil como el IBEX 35 o el S&P 500, pero no son idénticos. Aquí te lo contamos de manera clara, sin enredarte con jerga complicada, para que tengas una idea sólida de sus diferencias.
¿Qué son los ETFs y los fondos indexados?
Primero, pongamos las bases. Un ETF (Exchange Traded Fund o fondo cotizado) es un híbrido entre una acción y un fondo de inversión. Imagínatelo como una cesta de valores (acciones, bonos, etc.) que puedes comprar y vender en la bolsa durante todo el día, igual que si compraras acciones de una empresa como Telefónica o Apple. Su precio cambia constantemente según la oferta y la demanda, y eso te da flexibilidad para entrar o salir cuando quieras.
Por otro lado, un fondo indexado también es una cesta de valores que sigue un índice, pero funciona como un fondo tradicional. No cotiza en tiempo real en la bolsa, sino que tiene un valor liquidativo diario, un único precio al día. Cuando inviertes en él, te “suscribes” al fondo, y el proceso puede tardar entre dos y tres días en hacerse efectivo. Lo mismo pasa cuando quieres vender: no es instantáneo.
Las diferencias clave: ¿en qué se parecen y en qué no?
Aunque ambos persiguen el mismo fin (replicar un índice), hay aspectos que los separan. Vamos a verlo de forma práctica:
- Cómo y cuándo operas con ellos.
– ETFs: Al cotizar en bolsa, puedes comprarlos o venderlos en cualquier momento del día, como si fueran acciones. ¿Ves una oportunidad y quieres actuar rápido? Con un ETF puedes. Eso sí, necesitas una cuenta con un bróker para operarlos.
– Fondos indexados: Aquí no hay tanta inmediatez. Cuando decides invertir o retirar tu dinero, el proceso puede tardar varios días. Es menos ágil, pero también menos estresante si no te gusta estar pendiente del mercado todo el tiempo.
- Comisiones: el coste de invertir
– ETFs: Suelen tener un TER (Total Expense Ratio o gastos totales) bajo, entre 0,05 % y 0,20 % anual, aunque si son más concretos, como los que se centran en un sector o tema muy específico, pueden tener comisiones algo mayores. Pero ojo, no todo termina ahí. Como los operas a través de un bróker, cada compra o venta lleva una comisión adicional. Si el ETF es internacional, esas comisiones pueden subir un poco más por el cambio de divisa, así que el coste total depende de cómo y cuánto lo muevas.
Por otro lado, un fondo indexado también es una cesta de valores que sigue un índice, pero funciona como un fondo tradicional. No cotiza en tiempo real en la bolsa, sino que tiene un valor liquidativo diario, un único precio al día. Cuando inviertes en él, te “suscribes” al fondo, y el proceso puede tardar entre dos y tres días en hacerse efectivo. Lo mismo pasa cuando quieres vender: no es instantáneo.
Si quieres saber más sobre fondos indexados, pincha aquí.
Las diferencias clave: ¿en qué se parecen y en qué no?
Aunque ambos persiguen el mismo fin (replicar un índice), hay aspectos que los separan. Vamos a verlo de forma práctica:
- Cómo y cuándo operas con ellos.
– ETFs: Al cotizar en bolsa, puedes comprarlos o venderlos en cualquier momento del día, como si fueran acciones. ¿Ves una oportunidad y quieres actuar rápido? Con un ETF puedes. Eso sí, necesitas una cuenta con un bróker para operarlos.
– Fondos indexados: Aquí no hay tanta inmediatez. Cuando decides invertir o retirar tu dinero, el proceso puede tardar varios días. Es menos ágil, pero también menos estresante si no te gusta estar pendiente del mercado todo el tiempo.
- Comisiones: el coste de invertir
– ETFs: Suelen tener un TER (Total Expense Ratio o gastos totales) bajo, entre 0,05 % y 0,20 % anual, aunque si son más concretos, como los que se centran en un sector o tema muy específico, pueden tener comisiones algo mayores. Pero ojo, no todo termina ahí. Como los operas a través de un bróker, cada compra o venta lleva una comisión adicional. Si el ETF es internacional, esas comisiones pueden subir un poco más por el cambio de divisa, así que el coste total depende de cómo y cuánto lo muevas.
– Fondos indexados: Su TER es algo más alto, normalmente entre 0,15 % y 0,50 %, pero no hay costes extra por operar. Lo que pagas es lo que hay, y punto. Si planeas invertir a largo plazo sin mover mucho el dinero, esto puede ser una ventaja.
- Variedad disponible
– ETFs: Si quieres invertir en algo muy concreto (como el sector del gaming, la inteligencia artificial, la ciberseguridad o el agua), los ETFs te dan más opciones. Existe una amplia variedad de ETFs especializados que los fondos indexados no suelen ofrecer.
– Fondos indexados: Su oferta es más limitada y se centra en índices grandes y conocidos (S&P 500, MSCI World, MSCI China, etc.). Si buscas algo más nicho, probablemente no lo encuentres aquí.
- Fiscalidad (¡importante si eres residente fiscal en España!)
– Fondos indexados: En España tienen una gran ventaja: el traspaso. Esto significa que puedes mover tu dinero entre fondos sin tributar por las ganancias hasta que saques el dinero definitivamente, es decir, hasta que lo conviertas en cash.
– ETFs: Aquí no hay traspaso. Si vendes con ganancias, toca pasar por caja (Hacienda) y pagar impuestos, incluso si reinviertes ese dinero. Esto puede ser un inconveniente si tu idea es ajustar tu cartera con frecuencia.
Fuente: Elaboración Propia
¿Qué te conviene más? Guía genérica, simple y rápida para elegir
Ahora que conoces las diferencias, la gran pregunta es: ¿cuál es mejor para mí? Depende de tus objetivos, tu estilo y hasta de dónde pagues impuestos.
Aquí tienes unas pistas:
– Si te gusta la rapidez o hacer trading: Los ETFs son tu aliado. Puedes entrar y salir del mercado en el momento que quieras, ideal para aprovechar oportunidades o invertir con un enfoque más activo.
– Si prefieres invertir poco a poco: Un fondo indexado es perfecto para aportaciones mensuales. No pagas comisiones de bróker cada vez que añades dinero, lo que lo hace más barato y sencillo a largo plazo.
– Si tu plan es a largo plazo y vives en España: Los fondos indexados ganan por goleada gracias al beneficio fiscal del traspaso. Ese ahorro puede marcar una gran diferencia en 10, 20 o 30 años.
– Si no resides en España o eres una persona jurídica: La ventaja fiscal desaparece, así que compara comisiones y flexibilidad. Los ETFs podrían ser más interesantes si buscas variedad o rapidez.
Conclusión: no hay un ganador absoluto
No hay un claro ganador entre ETFs y fondos indexados, a pesar de lo que a veces se pueda pensar. Los ETFs sobresalen por su flexibilidad y amplia gama de opciones, mientras que los fondos indexados destacan por su sencillez y, en algunos contextos, por ventajas fiscales. La elección depende exclusivamente de tus prioridades y circunstancias personales.