Esta semana, nos vamos a centrar en una estrategia destinada a ofrecer estabilidad a nuestra cartera. Para un perfil conservador, cuyo objetivo es la preservación del capital a través de un equilibro, es interesante tener cierta exposición a la divisa de reserva a nivel mundial, el dólar, con una calidad crediticia excelente (Tesoro y Supras).
La inversión en dólares tiene dos argumentos, por la diversificación y protección que ofrece ante entornos de bajos tipos de interés actuales en la zona euro. La rentabilidad que ofrece el Tesoro americano con rating AAA es de aproximadamente un 2,63% en los diferentes puntos de la curva.
Además, se incluyen los bonos de KFW que es una agencia supranacional alemana. Estas agencias son bancos gubernamentales que generalmente sus objetivos se centran en la realización de contratos públicos y la cooperación al Desarrollo. KFW es un banco supranacional de la República Federal de Alemania y sería similar a invertir en el gobierno alemán. El rating es el mismo que el Tesoro americano AAA y ofrece un exceso de rentabilidad de 10 puntos básicos sobre este.
En Estados Unidos el año 2018 ha sido sin duda un año robusto en lo que a magnitudes económicas se refiere. En EE.UU hemos visto cifras muy positivas tanto de crecimiento como de desempleo que no se veían en décadas. La parte más positiva es que los IPCs no han supuesto en ningún caso una amenaza, tanto para frenar la economía como para forzar a la Reserva Federal a replantearse su política de tipos.
La curva americana se encuentra actualmente con muy poca pendiente, situación que suele pronosticar periodos recesivos. Este momento llama la atención dada la fortaleza de los datos macro subyacentes. Es por ello que, dado las incertidumbres existentes y la escasa pendiente, parece razonable no asumir riesgos de duración e invertir en el corto plazo (1 año). Así obtendremos una rentabilidad igual que en el resto de los tramos de la curva con un riesgo de duración menor.
En la siguiente ilustración se puede observar la evolución de una cartera con exposición al Ibex35 frente a una cartera con un 80% de exposición al Ibex35 y un 20% en bono del tesoro americano. La cartera con exposición al dolar consigue un performance de un 4% superior.