Siempre es un momento oportuno para revisar estrategias (es recomendable establecer un calendario propio). Comprobar si las tesis de inversión seguidas a lo largo del ejercicio saliente han dado sus frutos y efectuar ajustes por valoración, ponderación y riesgo allí donde sea necesario. Uno de los ajustes para tomar precaución es contar con cierto saldo de caja o, lo que viene a ser lo mismo, niveles de liquidez ligeramente superiores a lo que suelen acostumbrar para lidiar con periodos complejos.
¿Cómo puedo saber si un activo es líquido?
> ¿Qué entendemos por liquidez?
En términos económicos, se entiende por líquido aquel activo que presenta facilidad para ser convertido en dinero en efectivo de forma inmediata, sin que esto implique una pérdida sustancial de su valor.
Ejemplos de activos líquidos
Entre los ejemplos más comunes de activos líquidos se encuentra un depósito bancario o una letra del tesoro. Estos activos permiten al ahorrador recuperar el dinero con facilidad y en el corto plazo sin notar una variación sensible de su patrimonio.
> Concepto de activos ilíquidos
Se entiende como activo ilíquido aquel que presenta dificultad para ser convertido en dinero contante y sonante. Primordialmente por un desequilibrio entre la oferta y la demanda, y cuya conversión a efectivo puede representar una merma notoria en su valoración.
Ejemplos de activos ilíquidos
Una obra de arte o un activo inmobiliario son buenos ejemplos de activos ilíquidos. Son más difíciles de valorar, lleva tiempo encontrar al comprador adecuado para estos productos y, al no haber un gran número de ofertas en pie, los demandantes pueden permitirse cierto margen de negociación a la baja del precio de compra.
Diferencia entre liquidez económica y liquidez contable
Es importante tener en cuenta que la liquidez económica no es lo mismo que la liquidez en términos contables. En el segundo caso, se trata de la capacidad que tiene una empresa para poder obtener efectivo rápidamente para poder cumplir con sus compromisos financieros en el corto plazo. Hablamos de operaciones como la solicitud de un préstamo bancario para cubrir otras deudas urgentes. Otra práctica cada vez más habitual entre empresas es emitir deuda a largo plazo en los mercados financieros. Con el dinero obtenido, buscan poder hacer frente a vencimientos próximos de emisiones anteriores.
También es importante distinguir entre liquidez y solvencia. Entendida esta última como la capacidad de una entidad, ya sea una empresa o un estado, de generar recursos propios (fondos) con los que poder satisfacer sus deudas pendientes. Si tienes interés en conocer sobre liquidez contable y financiación de empresas, puedes ampliar información aquí.
¿Qué es el riesgo de liquidez?
Una vez entendido el concepto de liquidez, el siguiente paso es explicar qué entendemos por riesgo de liquidez. Como podrá intuir el lector una vez llegados a este punto, se trata ni más ni menos del riesgo de tener que vender un activo a un precio muy inferior del que fue adquirido, o incluso de no poder venderlo. Algo que puede suceder en momentos de altos niveles de estrés en el mercado.
Esto explica por qué cuando se produce un evento negativo muchas veces los inversores reaccionan con órdenes de venta. Cuando se suman muchas órdenes podemos hablar de ventas por pánico. Aplicado a la renta variable, cuando el volumen de órdenes de venta supera con creces a las de compra, podemos hablar de que el mercado entra en subasta de liquidez. Esto significa que los fuertes niveles de volatilidad activan un mecanismo que interrumpe temporalmente la negociación bursátil continua. Se trata de un mecanismo excepcional, utilizado para asegurar una variación ordenada de los precios en el mercado.
Así, volviendo al inicio de nuestra entrada, sabemos que se puede incrementar el saldo de caja debido a una percepción cierto deterioro de la liquidez en los mercados. La experiencia que han dejado mercados bajistas es que tener activos muy líquidos y efectivo en cartera es fundamental para poder seguir comprando y vendiendo en fases de fuertes caídas. Esto permite rotar y adaptar la cartera a las condiciones variables del mercado a lo largo del año.