La financiación se conoce como el proceso a través del cuál una persona o una entidad pide dinero para destinarlo a una acción concreta como un proyecto o para adquirir bienes. La financiación es un pilar fundamental para el desarrollo económico, ya que permite la inversión y la generación de empleo. De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el acceso al crédito es crucial para el crecimiento de las pymes en España. Dependiendo del tipo de proyecto para el que se necesite esa financiación, el proceso para conseguir el capital será distinto.
Tipos de Financiación según la empresa
La Financiación depende del tipo de empresa. La capacidad de una empresa pequeña no es la misma que la de una multinacional, tampoco tienen las mismas oportunidades. Para explicar todo mejor, tenemos que tener claro, primero, que la financiación puede ser de capital o de deuda.
Financiación de capital
En este tipo de financiación, los prestatarios son los inversores de la entidad o empresa que desea recibir esa financiación y no hay una obligación de devolverles el dinero. Pero el gran inconveniente es que a estos inversores se les vende, en compensación, una parte del capital de la empresa, un porcentaje y se convierten, por tanto, en socios de la empresa. Con todo lo que ello supone, compartir ganancias, toma de decisiones, etc.
Como se observa en la imagen anterior. Este tipo de financiación se adapta a todo tipo de empresas según su tamaño. Desde micro a grandes.
Financiación de deuda
Consiste en pedir dinero prestado y comprometerse a devolverlo en un plazo determinado que se fijará en el contrato y en función del tipo de préstamo y también con una serie de intereses añadidos. Dentro de la Financiación de deuda, encontramos financiación bancaria o tradicional como:
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Préstamos a corto plazo:
Se denomina a corto plazo porque el periodo de devolución es de máximo 1 año, un periodo de tiempo considerado como pequeño. Es una forma de financiación tradicional en la que el destinatario se compromete a devolver el capital en el plazo y de la forma previamente indicada en el contrato. Este tipo de financiación se suele utilizar para gastos puntuales de las empresas independientemente de su tamaño.
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Préstamos a largo plazo:
En este caso, el plazo de devolución del que dispone el solicitante del préstamo es mayor a 1 año. Al tratarse de un periodo mayor de tiempo, los tipos de interés suelen ser más altos. ya que el inversor no puede disponer de ese dinero hasta el cumplimiento. Es más común encontrar Préstamos a Largo Plazo a partir de empresas consideradas medianas.
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Sindicado:
Este tipo de préstamos está más orientado a grandes empresas cuando van a llevar a cabo un gran desembolso de capital. Al tratarse de una gran cantidad de dinero, el tamaño del préstamo se divide entre varios bancos. ¿Por qué esta división? Porque los bancos poseen un límite de cantidad del capital que pueden prestar a una empresa y entonces, se recurre al préstamos sindicado. El tamaño de empresa habitual para la Financiación Sindicada es grande.
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Emisiones de deuda:
Este tipo de financiación consiste en solicitar dinero prestado emitiendo títulos financieros en forma de deuda que dan una rentabilidad determinada a los inversores y se les promete así un pago a futuro, no sólo devolviéndoles el dinero que ellos han invertido sino también intereses. La empresa que pide el dinero es la que se endeuda y se compromete a devolver el dinero a futuro y como instrumento intermediario se usa el título financiero.
Además de este tipo de financiación bancaria o más tradicional, en el mercado existe también la posibilidad de acceder a financiación alternativa, de la que puedes leer en qué consiste en este artículo
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