Sin duda alguna, esta es una carta difícil de escribir por la complejidad que plantea enfrentarse al ciclo de subidas más intenso de la historia, y por la cantidad de incógnitas que se ciernen sobre el horizonte para los próximos meses.
Como adelantamos en esta misma carta hace ahora un año, el retorno de la presión sobre el mercado de bonos pone contra las cuerdas a los gobiernos sin disciplina fiscal; en un momento en el que los Bancos Centrales se encuentran maniatados ante unos Estados en la peor posición fiscal desde 1945. Esto ha disparado los tipos de interés reales y tensionado las condiciones financieras, lo cual aumenta las probabilidades de recesión.
Los próximos trimestres volverán a estar marcados por los datos de inflación, pero también por las necesidades de refinanciación de compañías y Estados. Al Gobierno americano le vencen 4 billones de dólares de deuda en 2024, a lo que hay que añadir dos más en déficit e intereses. Eso supone casi el 25% del total de su deuda emitida. Y en 2025 no va a ser diferente. Esto lleva a los banqueros centrales a cambiar su discurso, relajando las necesidades de subidas de tipos adicionales, e intentando mantener bajo control los largos plazos de la curva de tipos. Es por esto por lo que probablemente seremos testigos en 2024 de la entrada en recesión de las principales economías occidentales, y es aquí donde la renta fija volverá a destacar por méritos propios.
En este contexto, me gustaría presentarles nuestras diez recomendaciones para navegar este previsiblemente complejo 2024 que nos aguarda (Descargable clicando en la imagen)